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domingo, 5 de diciembre de 2010

La historia de un hombre-sin llamado Gogle



Esta historia se desarrolla en un futuro lejano, aunque no tan lejano como creemos”


Dentro de muchos años 500, o 700 años....

Gogle era un “hombre-sin“. Su abuelo le había apodado así cuando era pequeño porque era un niño muy preguntón e inquieto. Fue huérfano de madre, ya que a los pocos días de nacer, su madre falleció por el parto.

Era un niño interactivo, se fijaba en todo y todo lo preguntaba. Le gustaba explorar su aldea y sus alrededores, los campos de cultivos y los bosques. Le gustaba que su abuelo y su padre le contaran historias antiguas. Se relacionaba con niños de su edad pero también con adultos, y a ellos también le preguntaban en su afán de conocer.

Su clan vivía en una aldea dedicada a la agricultura de superviviencia. Habían aprendido durante cientos de años el oficio de agricultor, antes eran simples recolectores... Para aprender el “oficio” de agricultor habían pasado muchas penurias ya que desconocían muchos detalles importantes: semillas idóneas que tenían que usar, época cuando plantar y recoger los frutos ya madurados, formas de regadío... todo ello lo habían aprendido a través del método “ensayo-prueba-error”. Pero con el paso del tiempo y de las generaciones y la transmisión oral (no conocían la escritura) habían desarrollado métodos muy eficientes ¡¡incluso ya tenían “superproducción”!!. Se habían convertido en auténticos especialistas.

Llevaban varias generaciones realizando un mercado con los “hombre-con”, ellos eran muy distintos, vivían en grandes ciudades y altos edificios. Se movían en vehículos aéreos y extrañamente vivían muchos años....

Gogle conocía a Master, un “hombre-con” que había negociado muchos años atrás con su abuelo, y cuando éste murió, continuó con su padre. Una vez que murió su padre, él se encargó también de ocupar el puesto de sus antecesores.

Muchas veces había pensado si cuando el muriera, todavía Master podría seguir viviendo y seguir negociando con su hijo, que aun era pequeño, o incluso con su nieto, que todavía ni siguiera había nacido.... Incluso pensó si los “hombre-con” no morirían nunca ¿eran inmortales?.

Todos los años por octubre, una vez terminada la recogida de la cosecha, los excedentes de la producción eran llevados al mercado de Master, allí los intercambiaba por “conocimientos”.
Si “conocimientos”.

Los “hombres-con” eran llamados así porque ellos tenían “conocimientos”, y muchos... mientras que los “hombres-sin” , eran los que no tenían “conocimientos”.

Gogle, cada vez que iba al mercado a intercambiar sus productos por “vales del conocimiento”, consultaba previamente el “libro de tarifas del conocimiento”, con el fin de determinar qué querían comprar con los vales que consiguiera. Anteriormente en su pueblo decidían “democráticamente” (como habían aprendido durante decenios de la mano de su abuelo),

En este libro había dos columnas, una con los conceptos de conocimientos, y otra con el número necesario de vales para comprarlo.

Gogle había leído y releído varias veces el libro, buscando la “inmortalidad” que tenían los hombres-con, ¿Cuánto costaría? ¿Podría reunir la aldea algún día tantos “vales del conocimiento” para comprarla? Aunque costara mucho, ¿podrían ahorrar dichos vales hasta que, algún día en el futuro, los hijos de sus hijos la pudieran adquirir?

Pero por más que lo leyera nunca encontró palabras tales como “inmortal”, “inmortalidad”, y por lo tanto, ni siquiera sabía cuántos vales eran necesario para comprar ese conocimiento.

Este año, cuando fuera a ver a Master se lo preguntaría. Llevaba varios vales más para pagarle sólo por preguntar: ¿Cuánto cuesta el conocimiento de la inmortalidad? Con eso se conformaría e informaría a la aldea... luego ellos decidirían si empezaban a ahorrar para comprarla.

El día llegó, el consejo democrático de la aldea se reunió y decidió lo que iban a comprar con los vales que obtendrían por los excedentes de la cosecha. Este año iban a comprar las operaciones matématicas: suma y resta. Además encargó a Gogle la misión de comprar la respuesta de cuánto cuesta la inmortalidad.

Desconocían la suma y la resta, siempre habían confiado en la palabra de Master y creían que los intercambios de mercancías y vales eran justos. Pero desde varios años, la cosa había cambiado...

El viaje fue duro y largo. Gogle tardó en llegar al mercado varias semanas, pero al final llegó al punto de concentración donde estaba el mercado de intercambio. A lo lejos se veían cúpulas resplandecientes y grandes edificios, era la ciudad de los hombre-con ¿Cómo la habrían construido? se preguntaba Gogle....

Cuando llegó al mercado buscó la tienda de Master, le presentó los productos y le dijo que quería este año intercambiar: “sumar y restar”. Master se puso rígido y colorado, se volvió, buscó de mala ganas en un arca polvorienta y sacó un pequeño libro también polvoriento.

Le dijo a Gogle: “Aquí tienes... vienen dibujos y esquemas para aprender a sumar y restar...”

Extendió su mano con el pequeño manual, pero antes de dárselo en la mano, le preguntó con voz crispada: “¿No tienes confianza en mis intercambios de mercancías y vales...?”

La pregunta resonó en la tienda.

Gogle, vió que estaba enfadado y molesto, pero con gran astucia le dijo:
No Master, nosotros sabemos que usted es un hombre-con honrado, mi padre y mi abuelo lo sabían y lo dijeron antes de morir... confiamos en usted. Pero hemos intercambiados vales con otros hombres-sin y no sabemos si nos están engañando... por eso hemos decido en la aldea comprarle este conocimiento...”

Master parecía haberle creído, sonrío, y dejo de estar rígido, se relajó y le dió el pequeño manual a Gogle.

Gogle pensó que ese era el momento ideal de hacer la pregunta que le habían encargado en la aldea:

Master tengo una pregunta para hacerle, por supuesto le pagaré por la respuesta.”

Master le dijo: “Dime, sabes las tarifas de cada conocimiento.”

Gogle: “Si, lo sé, pero es algo que no he podido encontrar en el libro.”

Master: “¿Cómo es que no lo has encontrado? allí esta todo....”

Gogle: “Si Master, es un libro muy extenso, pero no viene, o por lo menos no he sabido encontrarlo....”

Master: “Me tienes intrigado ¿Cuál es la pregunta?”

Gogle: “El conocimiento de la inmortalidad vuestra ¿Cuánto cuesta?”

Master rió a carcajadas, y dijo: “inmortalidad... jajaja”

Gogle: “¿De que te ríes? ¿Se llama de otra forma....? ¿He hecho la pregunta de forma incorrecta?”

Master: “No Gogle, la pregunta es correcta, pero no hay respuesta....”

Gogle: “¿ Cómo que no hay respuesta? ¡¡Los hombre-con conocen todas las respuestas !!”

Master: “Gogle, te contestaré.... ¿Cuántos años tienes?”

Gogle dijo: “20 años”

Master: “¿Cuánto años crees que te faltan para morir?”

Gogle: “Pues a lo sumo 15 años más, según las enfermedades y que las cosechas se den bien y no haya hambre... De todos modos -dijo orgulloso- viviré mas que mis padres y mi abuelo, la aldea a mejorado mucho ¿Por qué preguntas eso Master, que tiene que ver con tu inmortalidad?”

Master: “Porque nosotros no somos inmortales, también morimos, pero mucho mas tarde, a los 150 años o más, tenemos medicamentos que nos ayudar a vivir mas… pero también morimos. El medicamento se llama “vivicon” y lo habrás visto en las tarifas.

Gogle: “Ahhh, sí lo ví, pero no sabia que era ni para que servía.....”

Master: “Me caes bien, te explicaré otra cosa y esta vez lo haré gratis sin cobrarte nada”, rió.

Master: “Nuestros nombres son hombre-sin y hombres-con, ¿verdad?”

Gogle: “Eso ya lo se, hombres sin conocimientos y hombres con conocimientos”

Master: “No, te equivocas..... significa hombres sin patentes y hombres con patentes”

Gogle: “¿Qué son las patentes, nunca lo he leído en tu libro?”

Master: ”Todos nuestros conocimientos (incluso los que te vendemos) están patentados, hay que pagar alguna cantidad de vales al autor, inventor o dueño de esa patente, es decir, de ese conocimiento. Para tenerlo, yo mismo compro esas patentes para revenderla a vosotros y así comprar mas para seguir negociando con vosotros”

Gogle: “Muchas gracias Master, gracias por explicármelo”

Gogle emprendió el camino de vuelta, a su aldea con un pensamiento fijo en la cabeza: la aldea tendrá que ahorrar mucho, incluso durante generaciones si quiere acceder al “vivacon”.

Master también volvió a la ciudad de los hombre-con-patentes... Entro en el mercadillo de frutas que había intercambiado con Gogle, y se puso a venderlas. Su mujer apareció en el mercadillo y le dijo: “Oye Master, has vendido lo libros antiguos del colegio de tu hijo, ¿Habrás sacado mucha mercancía a cambio de esos viejos libros inservibles...?”, y río a carcajadas...



FIN


Nota del autor:
Te mentí al principio, esta historia no se desarrolla en un futuro lejano ni siquiera cercano, es una historia tan actual, diaria, e incluso si me apuras “real”.

Un pueblo sin cultura, sin conocimientos, es un pueblo fácilmente “domesticable”, maleable y manejable.



Autor: Julio Sanchez Berro
5 de diciembre de 2010

Dedicado a mi esposa Eva, porque ella es mi Gogle particular.